CARLESgr
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Ubicación: Malgrat de Mar (Barna)
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Publicado: 09 Dic 2009 22:10 Título del mensaje: Re: Expominer (Barcelona) 2009 |
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Hola a todos/as.
Aunque sea a toro "pasao", os cuento lo que me pasó del 8 al 10 de Noviembre.
El domingo 8 del pasado mes, como todos sabéis, era el último día de Expominer. Hace años que voy ése día y sólo ése. Para mí es el más tranquilo y cuando abundan las "ofertas", con comillas y sin comillas... Un amigo y yo, que íbamos con invitaciones, nos hicieron pasar por taquilla a cambiarlas por entradas (¿por qué? ¿?). Lo mejor es que nos dieron las entradas más los boletines para el sorteo de los minerales. Bueno, vale, pensé yo... Eso a cambio de hacer cola...
Entre bromas rellenamos los boletos con nuestros datos y los depositamos en la urna, al lado mismito de la vitrina de los obsequios. Ni reparé en lo que contenía, tal era mi confianza en el sorteo. Y fuimos a por faena, desde las 10:30h hasta las 16:30h. Reconozco que me he moderado un mucho, antes casi me echaban al cerrar.
Al día siguiente, a media tarde, regresando del trabajo, me encuentro 5 llamadas en el contestador, todas del mismo nº y la última con mensaje; una amable señora me pedía que la llamase, de parte de las oficinas de la Fira de Barcelona encargadas de la Expominer. Mi instintiva reacción fue tocarme el trasero, -no me mal interpretéis-, buscando mi cartera y si contenía el DNI y la única tarjeta hábil. ¡Pues claro que están! ¿Cómo has pagado la autopista, si no con la tarjeta, y quién está vigilando quién la coge si no el tío feo ese plastificado?...
El martes. Llamando cuando la señora en cuestión debía tener el cruasán a medio esófago. -No ha llegado todavía-, me dice una voz de chica. Claro, pienso, a quién se le ocurre llamar a las 09:03h. Me llaman. La señora, que me dice lo que yo quería oir y mi sonrisa, seguro, también la oye al otro lado. Que si puedo ir a su oficina antes de las siete de la tarde a recoger el mineral.
A las cinco y media estaba allí y mientras andaba raudo, -hacía más que fresco-, me asaltaron dos dudas razonables: ¿no debería haberme llevado una caja+embalaje? Y sobre todo ¿estará identificado debidamente? Al poco, me sentí tonto por esos perversos pensamientos: el obsequio me esperaba subido a una magnífica peana, la etiqueta identificativa bajo su sombra y la caja protectora al lado. Pregunté bastante y me respondieron lo que sabían. Los obsequios se adquirieron en comercios de Barcelona, antes de la Expo, claro. ¿A quién? Eso ya no. ¿Cómo fui seleccionado? La señora , barriendo con un ademán la larga oficina repleta de señoritas (y yo el único señorito -¡Glups!-) me dijo que el mismo domingo, al cierre, hicieron de inocentes manos y seleccionaron 3 papeletas por cada obsequio; yo fui el primero para el mineral que me tocó. Al percibir quizá un destello de pánico en mi mirada, me aseguró que siempre insisten mucho antes de llamar al segundo candidato. Me preguntó si lo veía todo correcto y si estaba contento. –Señora, no sabe usted el efecto que produce un pedrusco en algunos- le dije, radiante.
Saliendo de allí, el frío del cuerpo lo ocupó el calor consecuente de transportar el pequeño muerto hasta donde tenía el coche, allá donde Cristo perdió las sandalias.
En casa cepillé, lavé y sequé a conciencia al nuevo miembro de la familia y sólo entonces observé con atención. Enseguida me di cuenta de lo mucho que había sufrido ese mineral durante la extracción: en la foto 1, cada rayita indica un golpe, alguno con fisura, aunque todos son internos, es decir, creo que intentaron salvar la muestra rebajando y puliendo hasta el espejo, de forma que con la yema del dedo no se nota el defecto. Pero se ve. Vaya que sí. El lado interno, en cambio, está casi intacto. Y en la base hay unos pequeños arañazos que no son problema.
Y ahora mi reflexión: no sé qué pensaréis, pero a mí me ha quedado el regusto ese de cuando en el monte encuentras lo que crees una muestra fantástica y después de limpiarla en casa ves que le falta un trocito aquí, o el cristalito aquel está despuntado… No tengo queja del proceso, ni de las personas con quien traté, sólo la sospecha de que alguien aprovechó para desprenderse de una pieza que cualquiera de nosotros no hubiera comprado. La considero un bonito y curioso objeto de decoración y en fin, “a caballo regalado…”
Un saludo.
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Cara exterior con los defectos. MALAQUITA Kolwezi, Katanga, Rep. Democrática del Congo Tamaño: 26,5x13x9 cm. |
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