arturo

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Ubicación: Rio Grande do Norte



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Publicado: 07 Mar 2009 13:04 Título del mensaje: CENSO DEL PATRIMONIO GEOLÓGICO ESPAÑOL (2) |
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Un saludo a todos:
He estado pensando un poco sobre el tema de los censos patrimoniales geológicos y mineros, y tal vez sería interesante que las personas de este foro publicasen datos sobre zonas de interés geológico y patrimonial que conocen bien, para divulgarlo entre todos aquellos que muestren curiosidad por el tema.
Sí os parece bien empiezo yo con el tema de Las Cavenes en El Cabaco de Salamanca, mina que visité en 2006. Esto no pretende ser un trabajo científico ni mucho menos, tan sólo divulgativo y orientador para aquellos que les gusta viajar un poco y vivir otras realidades, como los chorizos que están buenísimos (dedicado a Carles Curto). El texo es en parte mío y en parte un collage de otros ya que no me sobra demasiado tiempo. Primo, en este caso, la información y no las formas.
Por otro lado Jordi Fabré sí ves que la cosa se sale de la misión del foro o te parece de escaso interés lo puedes quitar. Yo de momento sigo aunque la cosa es un poco larga...
LA MINA AURÍFERA ROMANA DE LAS CAVENES EN EL CABACO
(SALAMANCA - ESPAÑA).
1. INTRODUCCIÓN.
Según René Sedillot en su libro “Historia del oro” (pp 74-75): “La producción ibérica de oro es la más importante de todas: se inició en la provincia de Almería con buscadores venidos quizás de Egipto en la Edad del Cobre (50 tm), se desarrolló cuando la Edad del Bronce (200 tm), aún más en la Edad del Hierro (600 tm), hasta alcanzar una producción de 1.000 tm en tiempos del Imperio Romano: lo cual arroja un total de 1.850 tm repartidas por toda la Antigüedad. En verdad, la futura España parece ser el paraíso de los metales. En ella se encuentra plata, hierro, cinc, plomo y estaño. Tanto los fenicios como los etruscos ya se han abastecido de mineral a través de sus factorías establecidas en Tartessos y Gades. Los cartagineses extraen mineral de las minas ibéricas para sostener sus finanzas y apuntalar su poderío. Desbancando a Cartago (año 201 a. C.), Roma estimula la explotación de oro aluvial, en el Tajo, el Duero, el Miño, el Guadiaro, y de los yacimientos de oro, los principales se hallan ubicados en Sierra Morena, cerca de Córdoba, en Asturias hasta alcanzar la costa cantábrica y en la cuenca del Guadalquivir. La República primero y el Imperio más tarde, extrerán de ellos sus principales ingresos”.
La península ibérica fue, pues, el gran productor mundial de oro en el siglo I de nuestra era y durante toda la época del imperio romano la minería europea, en general, conoció un prolongado período de frenética actividad que supuso la producción intensiva numerosos yacimientos, con una más que respetable elevada productividad. El conocimiento en esploración, prospección de los romanos ya era tal que para el caso del oro, por ejemplo, la práctica totalidad de las mineralizaciones hoy conocidas ya fueron localizadas y explotadas en época romana hasta el agotamiento que permitía la tecnología del momento.
Toda esta intensa actividad minera romana es especialmente patente en Hispania, tras la expulsión de los cartagineses (209 a. C.), con explotaciones repartidas por la península, algunas de gran envergadura como fueron las de Río Tinto, Cerro Muriano, Cartagena, Almadén o los yacimientos de oro del noroeste (Las Médulas, Teleno, Jales, Três Minas). El volumen y la extensión de los trabajos de minería romana ha hecho que se conserven muchos restos, desde complejos subterráneos hasta grandes áreas afectadas por minería a cielo abierto. En la mayoría de los casos las mineralizaciones se han visto afectadas por nuevas etapas de actividad en relación directa con el auge de la minera mundial de los siglos XIX y XX, pero en algunos se conservan casi íntegramente las estructuras originales de la minería romana en todo su esplendor, especialmente en el noroeste hispano.
La minería romana estuvo generalmente sometida al poder público y la participación directa del estado en las grandes explotaciones, pasando estas a formar parte del ager publicus, pudiendo arbitrar los sistemas de explotación y gestión que considerase más adecuados. El proceso fue progresivo, encargándose de las minas en un primer momento los gobernadores provinciales. Hacia el 180 a. de C. la gestión de las explotaciones se empieza a arrendar a publicanos o sociedades de publicanos.
A partir de Augusto (27 a. C.) la responsabilidad recae directamente sobre el Senado o el fisco romano, en función de la categoría de las provincias (senatoriales o imperiales), encargándose el control de las explotaciones a la figura de los procurador metallorum. Al final de la dinastía Julio-Claudia (68 d. C.) la mayor parte de las minas de cierta entidad estaban controladas por la administración financiera imperial, el fisco, quien decidía los modos de explotación, bien en régimen de arrendamiento a particulares o mediante explotación directa gestionada por el ejército (Domergue, 1990; Mangas y Orejas, 1999).
Esta intervención estatal fue la que hizo posible destinar los recursos técnicos y económicos necesarios para acometer con garantías unas obras mineras de gran envergadura que tienen por objeto satisfacer las crecientes demandas de la sociedad romana en metales (oro, plata, cobre, hierro, plomo, estaño) y otros productos minerales (sal, cinabrio, malaquita, hematites, etc.). A pesar de que no existía un derecho minero romano propiamente dicho, el hallazgo a finales del siglo XIX de las Leyes de Vipasca en las minas de Aljustrel es una extraordinaria evidencia de la regulación de la minería, tanto desde el punto de vista técnico y administrativo, como del económico en su relación con el fisco. La similitud organizativa entre los trabajos de Aljustrel y otras zonas muestran que la ordenación minera era un hecho habitual, por otra parte estrictamente necesario para la planificación de las labores.
La gran uniformidad y extensión geográfica que se aprecia en la tecnología empleada y en los criterios de explotación de los distintos yacimientos minerales, denota la existencia de una verdadera y característica INGENIERÍA MINERA ROMANA, en el más amplio concepto actual del término.
Un posible punto de partida para entender el origen de la escasez de referencias mineras en los textos clásicos es que, desde el punto de vista de la filosofía, la minería estuvo considerada por varios autores (Aristóteles, Plinio o Estrabón) como una auténtica “violación de la naturaleza”, en una sociedad donde la riqueza estaba relacionada con la posesión y cultivo agrícola de la tierra, llegando incluso en algún momento el Senado a prohibir la explotación de minas en Italia (Plinio, N.H. 3, 138). Por otro lado, la excepcional peculiaridad y el misticismo que siempre suscitaron en cualquier sociedad urbana los trabajos de minería y metalurgia desde muy antiguo, junto a su relación directa en muchos casos con complejas y lejanas guerras de conquista, además de duros trabajos en régimen de esclavitud, tal vez haya contribuido a dejar eclipsada la tecnología minera en los tratados de la época. No hemos de olvidar tampoco en este contexto que la minería también se caracterizó en la antigüedad por la extracción y manipulación de materiales de gran valor para la época, capaces de generar grandes riquezas, por lo que eran controlados por una elite social en la mayoría de los casos, de ahí que el conocimiento y difusión de sus técnicas estaría ciertamente restringido.
La realización de toda la extensión y variedad de trabajos de explotación minera romana, que se mantuvieron posiblemente activos en algunos casos durante un período de decenios, incluso siglos, no hubiera sido viable sin contar con la adecuada transmisión de los conocimientos de ingeniería minera y la supervisión directa de auténticos ingenieros, especialmente en las explotaciones de gran envergadura, marcando las pautas a seguir en una estricta labor organizativa y de planificación, tal y como se desprende del análisis de algunas de las estructuras mineras que han perdurado hasta la actualidad.
Al margen de las necesarias valoraciones arqueológicas, es preciso un profundo estudio tecnológico desde el punto de vista de la ingeniería de minas de los restos de la minería romana para adquirir una visión global de la actividad minera con objeto de poder evaluar adecuadamente el grado de desarrollo alcanzado sobre el conocimiento geológico de los distintos yacimientos minerales y sus técnicas de explotación. Una aproximación bibliográfica al tema arroja ya unos datos sorprendentes sobre el elevado nivel de conocimientos adquirido o inducido respecto a las mineralizaciones, en base al cual se constata un notable grado de planificación en la ejecución de todos los trabajos de ingeniería realizados en las explotaciones mineras.
Esta zona minera aurífera romana presenta evidencias de las labores extractivas, pertenecientes a los siglos I – II d. C., de las que subsisten sobre el terreno diferentes huellas de los procesos de extracción, transporte, lavado y acumulación de estériles. En estado de conservación óptimo, son apreciables las evidencias de los canales, depósitos o frentes de extracción de dichas labores, que configuran un paisaje característico denominado Las Cavenes. Las excavaciones arqueológicas efectuadas han permitido obtener destacados datos sobre el hábitat y las formas de vida de los pobladores y trabajadores de dichas minas, que representan sistemas de explotación y aprovechamiento diferentes a los conocidos en Las Médulas, situadas en la provincia de León.
2. SITUACIÓN GEOGRÁFICA.
Lo mejor es llegar hasta Salamanca y desde esta ciudad tomar la carretera C-512 en dirección hacia Vecinos. Pasada esta localidad a 1 Km, se gira a la derecha en dirección a Tamames. Tras cruzar esta población, un nuevo desvío a la derecha nos lleva hasta El Cabaco que se encuentra a 68 Km de la capital charra y pertenece al Espacio Natural Protegido de Las Batuecas – Sierra de Francia.
El nombre de El Cabaco, probablemente se halla formado como una corrupción prosódica de “cavado”, que es una forma romance del latín cavatus, que significa, lugar en donde se ha excavado. La idea de cavado y de las excavaciones está implícita igualmente en los nombres de Las Cavenes, que es como se designan a las grandes zanjas, existentes en el término municipal y del arroyo Cavaquillo, y del rio Cavin, con "uve" como lo escribían los antiguos, en cuya vera se construyó el pueblo.
3. SITUACIÓN GEOLÓGICA.
Se puede consultar um mapa geológico esquemático de la provincia de Salamanca mostrando las áreas de interés y/o actividad minera (Según Siemcalsa). En el site:
www . siemcalsa . com/ web/html/mapa_geologico .html [consulta: 6 de enero de 2006]
Los romanos explotaron el material detrítico depositado en los conos de deyección de los torrentes de la Sierra de Francia. Estos sedimentos conglomeráticos se formaron durante el Neógeno y eran ricos en oro que había sido movilizado por la erosión de los filones hidrotermales de cuarzo aurífero.
4. EL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO.
Está localizado en el municipio de El Cabaco, como he comentado anteriormete, en el piedemonte de la sierra de Francia, al SO de la provincia de Salamanca y consiste en una serie de desmontes realizados por labores mineras que en conjunto conforman esta zona arqueológica. El yacimiento está constituido por las estructuras resultantes de la explotación aurífera romana, y por el asentamiento humano relacionado con ese tipo de minería, conocido como Fuente de la Mora, datable entre la primera mitad del s. I d.C. y finales del s. H d.C., conservado de forma excepcional por la fosilización del paisaje.
Su explotación se encuentra vinculada ala reorganización del territorio de Lusitania septentrional, iniciada por Augusto, de forma paralela a la reestructuración de la Provincia de Hispania.
La técnica de explotación empleada en Las Cavenes fue el sistema selectivo conocido como "series de surcos convergentes". El procedimiento consistía en remover y lavar de forma exhaustiva y sistemática el conglomerado, utilizando el agua como agente erosivo y extractor. El agua era arrojada desde los canales emisarios o de explotación sobre surcos que se trazan en el suelo y que van erosionando sucesivamente el conglomerado aurífero y acarreándolo en forma de lodos hacia los canales de lavado o ""agogae" donde quedaría depositado el oro.
Las estructuras resultantes de este procedimiento de extracción del oro pueden clasificarse en tres grandes grupos, la red hidráulica, los des montes o vaciados mineros resultantes del proceso de extracción del mineral aurífero y las zonas de evacuación y acumulación de los estériles resultantes.
La red hidráulica está formada por canales y depósitos que aportan y regulan el agua necesaria para la explotación, ya que el agua es utilizada sucesivamente para deshacer, arrastrar, lavar y evacuar los estériles del conglomerado aurífero. En Cavenes se han distinguido los siguientes tipos de canalizaciones y zonas de embolsamiento:
1. Canales de abastecimiento, o ""corrugi", que son los que generan una nueva red hidráulica, parten desde la propia captación de agua (arroyos en las faldas de la Peña de Francia) o desde los depósitos reguladores y desembocan en sectores de explotación, generalmente con sus corres pondientes depósitos.
2. Los depósitos de agua, ""piscinae" o ""stagna", que actúan como reguladores de la corriente suministrada por los canales de abastecimiento y envían el agua a los diferentes frentes de laboreo.
3. Los canales emisarios o de explotación, ""emissaria", que desde los depósitos desembocan en los frentes de explotación.
Los desmontes o vaciados mineros producidos sobre el yacimiento, que constituyen la mina de oro propiamente dicha, es decir, la zona concreta de extracción del oro, están delimitados en su cabecera por los frentes de explotación, que marcan la extensión máxima de la mina, y por los canales de lavado en la parte opuesta, marcando el fin del desmonte. Aunque estos últimos no se han conservado, sí se puede identificar el final de las zonas de extracción gracias al estrechamiento que comúnmente marca el inicio del canal de evacuación de estériles. La superficie interna de todas las labores muestra hileras de cantos rodados que testimonian la separación de los estériles más gruesos antes de la posición que ocuparía el canal de lavado. A una escala más amplia, se puede comprobar la convergencia de todos los surcos hacia un mismo punto y la formación a partir de él de las colas de lavado o conos de deyección donde se acumulaban los estériles más finos.
El avance de la mina exigía poder evacuar permanentemente la gran mayoría del material estéril fuera del yacimiento, de forma que el posible frente de explotación quedase siempre limpio y libre para la extracción. Esto se conseguía mediante la excavación de unos canales de evacuación por donde se hacía salir casi todo el material removido, una vez lavado y recogido todo el oro que contenía. Sólo el material más grueso y pesado quedaba depositado en el interior de la labor minera. Cada labor daba lugar a una acumulación de estériles. El mayor o menor encajonamiento de las vaguadas donde se concentraron hace que los conos de deyección sean más o menos difusos o nítidos.
5. LA MINA ROMANA.
La zona de labores más densa ocupa los bordes de una llanura amesetada a lo largo de una extensión de 4 x 1'5 km. Esta meseta se halla delimitada por el arroyo del Zarzosillo al Oeste y por el río Gabín al Este. Ambos son afluentes del arroyo del Zarzoso que, a su vez, es uno de los que dan origen al río Yeltes, afluente del Huebra y éste del Duero. El desarrollo de la explotación minera ha hecho que los desmontes se dispongan de forma prácticamente lineal en los bordes de la meseta. La zona principal de labores se extiende por tanto al Oeste - Suroeste del pueblo de El Cabaco.
Desde el punto de vista geomorfológico el yacimiento explotado en Las Cavenes es parte de los depósitos de conglomerados del piedemonte de la Sierra de Francia. Como en todos los yacimientos aluviales, donde el oro se encuentra libre pero atrapado entre el conglomerado, la explotación debe deshacer este para obtener el metal. El procedimiento empleado por los romanos consistía en arrojar agua sobre el aluvión, arrastrarlo una vez deshecho y encauzarlo hacia unos dispositivos de lavado en los que se conseguía la decantación del oro por gravedad. De acuerdo con este procedimiento general las estructuras del laboreo minero documentadas en El Cabaco, como en muchas zonas del Noroeste peninsular, se pueden clasificar en tres grandes grupos: la red hidráulica, los desmontes o vaciados mineros resultantes del proceso de extracción del mineral aurífero, y las zonas de evacuación y acumulación de los estériles producidos.
La red hidráulica de las minas, formada por los canales y depósitos que aportan y regulan el agua necesaria para todo el proceso: canales de abastecimiento, depósitos de agua y canales emisarios o de explotación. A partir de la fotografía se individuaron los desmontes o vaciados mineros que, producidos sobre el yacimiento, conforman la mina de oro propiamente dicha, la zona concreta de donde se extraía el oro. En Las Cavenes se pudieron distinguir distintos sectores de explotación, es decir, agrupaciones de desmontes explotados a partir de una misma red hidráulica. La utilización de la fotografía aérea permitió definir la evolución de la explotación a partir del estudio detallado de la red hidráulica, de los sectores de laboreo y de las zonas donde se depositaron los estériles producidos por la explotación. Al mismo tiempo, en este mismo estudio, se hacían una serie de cálculos acerca de la longitud de la red hidráulica (que llega a alcanzar hasta 20 km de extensión), del volumen de material removido en la zona y del mineral extraído en Las Cavenes. Además, en este trabajo se proporcionaba, por primera vez, una visión de las labores en el contexto histórico de la minería romana de Lusitania.
Al contrario de lo que ha ocurrido con la minería aurífera del Noroeste, la minería del Norte de Lusitania, mucho menos extensa y espectacular, no ha sido tenida en cuenta en el marco de los estudios sobre la romanización de esta zona. Tras la conquista del Noroeste de la Península Ibérica y con la llegada al poder de Augusto, los territorios situados entre el Tajo y el Duero pasan a formar parte de la provincia Hispania Vlterior Lusitania. Es a partir de este momento cuando se pone en marcha la explotación de los yacimientos auríferos de Lusitania, entre los que se incluyen los de Las Cavenes. Este estudio subrayó que la minería de Las Cavenes debía por tanto entenderse dentro del sistema de explotación romano, dentro de una ordenación que superó el marco estrictamente local.
6. EL ITINERARIO POR EL SECTOR.
La finalidad esencial de este itinerario es explicar al visitante como se desarrolló la explotación de las minas de oro romanas, de forma que los correspondientes puntos de información se situaron en las zonas más adecuadas para comprender los tres tipos de estructuras esenciales de las minas, tal y como se definieron en el estudio preliminar: la red hidráulica, los desmontes mineros y el lavado y evacuación de los estériles. El recorrido del itinerario fue pensado para ser realizado a pie. Se diseñó un recorrido circular para el que se acondicionó una senda que aprovechaba una antigua. La duración del recorrido es de una media hora.
El recorrido se inicia desde el lugar reservado para el aparcamiento de coches, junto a la carretera, donde se ha situado un primer panel (PI-1), en el que se proporciona una información general. En él se ofrece una explicación general del proceso histórico y del contexto geológico en el que se produjo la minería romana dentro del paisaje actual de Las Cavenes. Las labores y su red hidráulica se describen de manera general a partir de una documentación gráfica compuesta por mapas de localización con indicación de las zonas que pueden visitarse, tanto en el sector elegido de las minas de oro romanas como en la mina moderna de wolframio y en los puntos donde se da información sobre otros aspectos del paisaje, como la vegetación. El mapa se realizó sobre la base esquemática de la geología de la zona y en el se sintetiza la red hidráulica de las minas de oro, de forma que el visitante obtenga una visión clara e inmediata de su trazado general.
Desde aquí el itinerario lleva hasta el punto de información 2 (PI-2), situado sobre el depósito de explotación d-7 desde el cual se aprecia tanto la estructura del depósito d-7 como el recorrido de algunos canales a su llegada al depósito y salida del mismo. La finalidad de este punto es la explicación de los componentes de la red hidráulica, como se trazaban y construían y los instrumentos necesarios para ello. En él se presenta, a partir de la documentación gráfica, un esquema de la construcción de los depósitos de agua de la minería romana a partir de la fotointerpretación, de forma que el visitante vea los restos que se conservan en la actualidad y pueda proyectar sobre ellos la reconstrucción de como se hacían. Esto se acompaña de un esquema con las diversas estructuras que componen la red hidráulica, en el que se incluye una imagen de dos topógrafos romanos trazando canales con un corobate.
El itinerario retrocede por la senda que se tomaba para llegar al PI-2 bordeando la labor 4.11 del S-4, para bajar por la labor 4.2, que es la que se ha preparado para la explicación. Básicamente, además de la instalación de los puntos de información, el único acondicionamiento realizado ha sido la preparación de la senda y la limpieza del bosque. En el interior de la labor 4.2 se encuentra el PI-3, situado sobre los cantos rodados resultantes de la explotación. En este punto se proporciona una explicación de la estructura de los vaciados mineros, mostrando como se ha desarrollado la minería de oro en este tipo de explotación a cielo abierto con fuerza hidráulica. En el panel de información se presenta una planta de detalle de la labor 4.2 del sector S-4 de la mina y una reconstrucción del proceso de extracción y arrastre del conglomerado aurífero.
El itinerario atraviesa desde aquí el interior de la labor hasta su extremo final, donde estaría situado el canal de lavado y comienza el canal de evacuación de estériles, junto al cual se ha situado el PI-4. En este punto se explican las dos últimas fases de la minería del oro a partir de una reconstrucción realizada sobre una fotointerpretación de la separación de los estériles más gruesos y del lavado del material aurífero y evacuación de los estériles más finos, de forma que, como en los puntos anteriores, el visitante pueda proyectar esta imagen sobre lo que está viendo sobre el terreno.
A partir de aquí el itinerario prosigue por el canal de evacuación de estériles, donde se han situado una serie de puntos de información secundarios relativos al brezo (PI-5) y al castaño (PI-6). En estos puntos, colocados junto a dos buenos ejemplares de ambas especies, se realiza una breve explicación de la planta y de su importancia histórica (en el caso del brezo en relación con su utilización en los canales de lavado de oro, como menciona Plinio, y en el del castaño por su introducción en la zona como especie cultivada en época romana). El itinerario vuelve por la senda hacia el punto de partida a través del bosque de robles, donde se ha situado un nuevo punto secundario sobre dicho árbol (PI-7) (en el se explican los datos más interesantes de la especie, cuyo desarrollo en esta zona ha sido en cierta medida responsable de la fosilización de buena parte de las evidencias arqueológicas conservadas en la zona).
ANEXO 1.
En el Cabaco se ha construido un Centro Multifuncional en la Dehesa, junto al merendero (Centro de Interpretación de Les Cavenes) para mostrar algunas de las piezas encontradas en las explotaciones auríferas romanas.
Este Centro consta de siete espacios bien diferenciados, en los que se describe la explotación histórica del oro en la zona sur de Salamanca, mostrando las técnicas de explotación de las minas de oro por los romanos por medio de canales hechos para trasladar el agua desde la falda de la Peña de Francia hasta las Cavenes propiamente dichas, que era en donde se lavaba el sedimento con útiles artesanales para concentrar el dorado metal.
En las distintas salas del Centro de Interpretación se pueden hallar diferentes herramientas con las que se trabajaban en las minas, pepitas de oro similares a las obtenidas por los romanos, una habitación virtual con una cámara de video y un televisor en la que se permite gravar películas como si estuviesemos dentro de las galerías de las minas, así como sacar fotografías dentro de las mismas, una salita de ordenadores desde donde se puede observar todo el proceso extrativo del oro. También existe una tienda en donde se pueden encontrar recuerdos de la zona.
BIBLIOGRAFIA
- SEDILLOT, René. Historia del Oro. Barcelona: Editorial Bruguera, 1975.
- LA INVESTIGACIÓN DE PAISAJES CULTURALES Y SU VALORACIÓN COMO ZONAS ARQUEOLÓGICAS: LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE LAS CAVENES (EL CABACO, SALAMANCA) por María Ruiz del Árbol (Universidad Complutense de Madrid); F. Javier Sánchez-Palencia (Instituto de Historia del CSIC) y Óscar López Jiménez (Instituto de Historia del CSIC) (Está en la web);
- y varias otras en la red de redes.
Un abrazo a todos y buen fin de semana.
Arturo
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Mapa de situación de El Cabaco. |
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Las Cavenes con la Sierra de Francia al fondo. |
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"Piscinae o stagna" en la explotación de Las Cavenes, de El Cabaco – Salamanca. |
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Reconstrucción del puente romano que daba paso a la explotación aurífera de Las Cavenes. |
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Canales de abastecimiento de la mina. |
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Panel indicador en la entrada a las minas. |
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Panel indicador en la entrada a las minas. |
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Maqueta que muestra el proceso de lavado de los sedimentos auríferos en el Centro de Interpretación de Les Cavenes. |
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Panel que muestra el proceso de lavado y concentración de los sedimentos auríferos en el Centro de Interpretación de Les Cavenes. |
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