FMF - Foro de Mineralogía Formativa

[Manuel Baquero]

Tengo el dolor de comunicaros que esta mañana ha fallecido Fernando Gascón Cuello. Muchos de nosotros hemos tenido el privilegio de conocerlo en persona y contar con su amistad. Muchos otros lo habréis conocido por sus trabajos de geología, gemología o sus aportaciones a Mindat.
Fernando era un ser irrepetible. Gran profesional, gran esposo y padre, gran amigo. Honrado, honesto, vital y entusiasta. Amante de la naturaleza y especialmente del reino mineral. Nos ha dejado un gran legado y un hueco que nadie llenará.
Descansa en paz, amigo Fernando.

[Firmo Espinar]

Besos a su familia y un abrazo a sus amigos.

DEP Fernando.

Cuando lleguemos sabrás más que nosotros sobre los minerales del cielo.

Firmo.

[Ramón Jiménez]

Siento mucho su pérdida. Un abrazo a su familia y amigos

[Adrian Pesudo]

Mi más sincero pésame a su familia y a los compañeros aragoneses.

[Jose F. Castro Medina]

Gran persona y amigo, siento mucho su perdida, mi mas sentido pésame para toda la familia y amigos.
Saludos

[jc.jimenez.A]

Lo siento mucho, y después de las palabras, siento aún más no haberlo conocido...

[Pedro Antonio]

Mi pésame a los que le conocían, yo personalmente no, pero se pierde un trocito de esta bella afición.

[Grup Mineralògic Català]

En nombre de todos los miembros del GMC queremos transmitir nuestro más sentido pésame a la familia de Fernando, amigos y a los compañeros de afición aragoneses.
Quedará tu obra, parte de la cual podemos disfrutar en foros y en Mindat.
Que la tierra le sea leve.

[DAni]

Mi pésame a la familia.

[Jesus Franquesa Baucells]

Mi más sentido pésame.

[Miguel Ángel Martinez]

DEP, mi mas sentido pésame a familiares y amigos.

[Frederic Varela]

Mi pésame a la familia y amigos.

[Miguel Calvo]

Casi todos los coleccionistas de minerales de España conocían a Fernando Gascón, pero me gustaría contar algunas historias, para que aquellos que lo conocieran menos puedan saber de quien se trataba.

Fernando ha muerto con 64 años. No recuerdo exactamente cuando nos conocimos, pero creo que él todavía era estudiante de Geológicas en Zaragoza, lo cual quiere decir que ha llovido bastante desde entonces. Siempre ha sido amante de los minerales, y su vinculación profesional con el mundo de las joyas le llevó también a relacionar ambos aspectos. La primera vez que fuimos juntos al campo fue a primeros de la década de 1980, a buscar un material gemológico curioso, una variedad de vesubiana verde compacta, la “californita”. Puesto que siempre le ha gustado compartir sus conocimientos, publicó un artículo describiendo el mineral y el yacimiento en la revista Cuadernos de Gemología. También le gustaba la talla de los minerales, y habéis visto una foto del taller que montó con dos amigos en los últimos años. Además de las californitas, recuerdo que mucho antes, en los viejos tiempos, se ocupó de tallar un montón de citrinos de Villasbuenas, y algunas piromorfitas compactas de la mina San Andrés, de la escombrera, antes de que se hiciera famosa.

También recuerdo las búsquedas por Estopiñán, para localizar la aerinita fibrosa. Eso fue hacia 1989, y el material recuperado nos vino muy bien para intercambios en la Feria de Múnich, tras un viaje de 24 horas en autobús con literas (no existían las aerolíneas low cost, obviamente, lo que en cierto modo era una suerte). También estuvimos removiendo y estudiando las celestinas de Azaila, y otros yacimientos aragoneses.

Otro trabajo que hicimos en colaboración, que yo considero un gran trabajo, aunque puede que no sea objetivo al estar implicado, fue el libro de Minerales de las Comunidades Autónomas del País Vasco y Navarra. La calidad formal, especialmente en cuanto a la parte gráfica, era muy superior a todo lo hecho hasta entonces. Uno de los apartados más interesantes, desde mi punto de vista, era el dedicado a la datolita de la cantera de Rigoitia. Aparecieron en la Feria de Bilbao justo cuando estábamos terminando el libro, y conseguimos averiguar cual era el yacimiento exacto, que los descubridores querían mantener secreto (una historia larga y divertida, pero otra historia). Lo que Fernando no pudo averiguar (y yo menos, él era mucho mejor en cristalografía) fue la orientación de los cristales, para poder dibujarlos. Estuvimos horas dándole vueltas a los que teníamos, sin poder ver ninguna simetría. Puesto que no nos parecía serio copiar un dibujo cualquiera, el libro se quedó sin ellos.

Ahora Fernando ya no está. Sólo puedo decir que he perdido a un colega de estudio de los minerales. Y a un amigo.