FMF - Foro de Mineralogía Formativa

[Ramón Jiménez]

Interesante tema. Yo creo que lo más "bonito" es que alguien cercano continúe la colección. Me refiero a los hijos u otros familiares o amigos muy allegados.
Hay que considerar que una colección es mucho más que una serie de cosas más o menos ordenadas. Es un montón de vivencias, de amigos, de momentos, de recuerdos. En este sentido, nadie la puede valorar como el propietario, eso tenerlo claro.
Desgraciadamente he podido comprobar como muchas colecciones acaban en la basura, o en rastrillos, amontonados los ejemplares. Pienso que quien conforme una colección de interés, debería prever en vida qué hacer con ella. También creo que tan importante como la colección es la información precisa de los ejemplares, destacando la procedencia exacta del yacimiento (si se sabe).
Por supuesto, la venta es otra salida, pero hay que considerar que en la mayoría de las colecciones, un porcentaje muy elevado de ejemplares no tienen apenas valor económico, así que ya sabéis, en caso de venta en "pack", la mayoría irá a la basura y en algunos casos sólo se podrán vender los ejemplares más estéticos, quedando un resto mayoritario de ejemplares que nadie te va a comprar.
En cuanto a la donación a museos y otras instituciones, que os voy a contar que no sepáis. Sin embargo haré unas pequeñas reflexiones: me parece muy bonito que la colección se quede en un sitio cercano (ayuntamiento, colegios o institutos). Sólo entiendo que hay que tener una precaución, y es que tengan un sitio adecuado para su exhibición/almacenamiento y que haya al menos 1 persona que la custodie o conserve. Lo digo porque estoy harto de que me llamen de sitios así a ordenarles la colección y da verdadera penita, ya que suelen estar amontonadas en cajones, con los ejemplares machacados y sin datos sobre los mismos. Como ejemplo, recordaros lo que ocurrió con la colección de Vicente Sos Baynat, que fue donada a la Junta de Extremadura, expuesta un corto período de tiempo, almacenada y expoliada.
El caso de organismos con dotación de personal (en general museos) es otra salida interesante. Pero que nadie piense que algún museo le va a exponer indefinidamente la colección ya que, como ya se ha comentado anteriormente, muchos ejemplares no van a tener suficiente mérito para ello. Sin embargo me gustaría comentar que un museo es mucho más que unas vitrinas. Para que os hagáis una idea: en las colecciones del museo Geominero tenemos expuestos un par de cientos de ejemplares de Madrid, pero en los fondos hay unos 3.000 ejemplares que están representando unos 350 yacimientos. Estos dos mil y pico ejemplares que no están expuestos son tan importantes como el resto, ya que forman parte del acervo cultural de nuestra sociedad y están a disposición de quien quiera observarlos. Suelen formar parte de exposiciones itinerantes y son consultados por numerosos investigadores y aficionados. Eso sí, si elegís donar los minerales a un museo, debéis preguntar cuál va a ser su fin, ya que en líneas generales te lo pueden y deben decir honestamente. Recuerdo que un geólogo, Rolf Burkardt, nos donó, entre otras cosas, docenas de berilos de la cantera Puente Mocha, de Pereña de la Ribera (Salamanca). No eran excepcionales, pero atesoraban un indudable valor, al ser de un yacimiento clásico. Pues bien, le dije a Rolf que el museo no podía almacenar tantos ejemplares iguales del mismo yacimiento, pero que los podíamos gestionar adecuadamente. Así, un par de ellos llegaron a la vitrina, una docena, también se inventariaron y pasaron a los fondos, unos cuantos fueron donados a otros museos (a los que les pedí que le enviaran un certificado a Rolf) y finalmente el resto le dije que se utilizarían para talleres y mesas de intercambios. Sé que muchos de vosotros tenéis un berilo de Rolf y el museo ha enriquecido sus colecciones gracias a estos berilos. Esto mismo lo hemos hecho con corindones y espinelas de Villanueva de Bogas, variscitas de Zamora, e incluso con la hulsita que yo mismo recolecté en San Pablo de los Montes (Toledo), entre otros.
Resumiendo, creo que es bueno pensar en lo que queremos hacer con las colecciones y sopesar las distintas posibilidades teniendo en cuenta que nadie va a valorar tu colección como tú mismo.

[gilig]

Totalmente de acuerdo con Ramón Jiménez.
Jordi Gil

[Carlos G. Bargueño]

Ciertamente todo coleccionista se habrá planteado esta cuestión en alguna ocasión y si no lo ha hecho, lo hará por lo que es un tema participativo e interesante.
Muy aclaratorias las ideas que expone Ramón donde apreciamos las posibilidades que nos ofrece la donación desde la visión interna de los propios museos pero me identifico plenamente con la idea de Jonathan.
Sí nuestros hijos, como es mi caso, no parecen continuar con esta bonita afición no debemos flagelarnos y si buscar el aspecto practico y lúdico.
A mi me gustan las piedras desde que tenía 8 añitos , aun conservo con cariño aquella colección con 50 minerales que a esa edad me regalaron mis padres; cuantas veces la habré abierto, cuantas veces habré toqueteado esa limonita pringosa , cuantas veces habré olido ese caolín... recuerdos .
Después ya era yo quien me buscaba la vida para salir al campo y , de hecho, el 95% de mi colección son piedras recogidas por mi por lo que , como alguien ha dicho, se convierte en una conjunto de experiencias, vivencias y recuerdos que componen el valor sentimental que nadie nos quitará y será lo que nos llevemos cuando la parca venga a buscarnos. Somos coleccionistas de experiencias queramos o no , luego también de minerales sí.
El aspecto material es el que nos ocupa espacio y tiempo y el que debemos plantearnos en vida, según mi opinión. Yo tengo claro que mi humilde colección me servirá para que las piezas mas destacables sean disfrutadas por otros coleccionistas y distribuidas a través de comerciantes o directamente vendidas a los aficionados. La única duda que tengo es el momento adecuado para hacerlo pues nunca parece el mejor y aún creo que es pronto por lo que lo voy haciendo poco a poco cuando me pillan con las defensas bajas y así parece que duele menos. Porque doler duele , sobre todo porque muchas de esas piezas son la representación palpable de algunas de las experiencias vividas mas agradables ( o desagradables, que también las hay)

[Antonio Carmona]

Yo personalmente pienso en el presente de la colección. Los buenos ratos que paso ordenando, clasificando, fotografiando, investigando, buscando, cambiando, regalando, aprendiendo, admirando, estudiando, compartiendo, etc. Creo que es lo que realmente importa. Es decir, algo de la vida que te llena. Cuando deje de existir lo demás será secundario. Ojalá alguien tenga la ocasión de disfrutarla como yo lo he hecho, porque habrá pasado unos ratos inolvidables.

Saludos

[MineralFlorida]

Hola amigos :buenas tardes,
Aunque apartado de el mundo de los minerales,voy a contaros mi experiencia.
Yo tuve el placer y la suerte, de que mi amigo José Luis Otero ,antes de morir dejase escrito que me donaba,regalaba,cedía como queráis llamarlo su colección de minerales
.
Mi sorpresa fue enorme y en una de mis visitas a verlo a el hospital de Toledo ,me explico los motivos por los cuales ese era su deseo .Por amistad.

Cuando la familia me avisó,pasado el tiempo preparé mi viaje a Madrid.
Trasladé la colección a Cantabria en dos viajes de monovolumen,con cajas hasta el techo.
Después el tema de clasificar,identificar y etiquetar correctamente fué arduo y largo.

Todo lo que había en las cajas no solo eran minerales ,sino que iba acompañado de libros,apuntes, fotos ,revistas,1000 cajas de cerillas,cientos de botellines de licor,jarras de agua para Whisky, todo lo que coleccionaba,

Todo esto me supuso un trabajo de cuidado,y un estrés increíble hasta tenerlo todo ordenado.

El criterio de José Luis para coleccionar no tenía nada que ver,con el mio,lo que me supuso el tener que vender o cambiar casi todo su material.

Cumplí todo lo que acordamos en Toledo.,incluso piezas que quería para algún amigo ,se las hice llegar.

Y ahora que casi acabé con la venta de su colección voy a vender la mia pues todo ello me supuso que me saturase de minerales.

Desde aquí un agradecimiento y recuerdo eterno a José Luis un caballero,persona amable educado,
Agradecido hasta el Infinito.
El dia 8 de julio de 2020 hará cinco años que nuestro amigo nos dejo.

Saludos a todos