FMF - Foro de Mineralogía Formativa

[Steffan]

Corría el segundo semestre de 2007 y mientras cursaba el Curso de Geografía Física y Humana de Chile en mi Universidad fui partícipe de una salida a terreno con mi curso hacia el denominado Valle de Putaendo, en la Provincia de Los Andes, Región de Valparaíso, un paisaje que para nosotros, citadinos al máximo, significaba un real escape de tanto ajetreo urbano junto con aprender de Geografía más allá de los textos de estudio.

Este Valle es regado por el río Putaendo y posee un alto valor estético, es así como entre viajes por zonas rurales llegamos hasta la localidad de Rinconada de Silva para aprender acerca de la formación de dicho Valle. Estaba el profesor explicando la geología del terreno, cuando con Jorge (Docmur en este foro) decidimos aprovechar un receso para ir hacia la búsqueda de minerales. Tras recorrer un sendero con una genial vista hacia el Valle nos encontramos con una ladera que comenzamos a escalar con las precauciones debidas, en eso estábamos cuando de repente vimos algunos ínfimos trozos de calcita que apenas se podían recoger del suelo. Jorge se adelantó en un momento y mientras observaba el Valle escucho: - ¡Encontré la Veta! - y emocionado, escalé algunos metros para ver a mi amigo frente a una pequeña franja blanca que se extendía ladera abajo. Rápidamente comenzaron a aparecer trozos más definidos y justo cuando comenzábamos a guardar algunos vemos que al pie del cerro nuestros compañeros nos hacen gestos de despedida mientras el bus que nos transportaba encendió el motor.

- ¡Nos tenemos que ir! - fue el comentario que hicimos al unísono mientras observábamos aquellas calcitas que brillaban bajo el sol de la tarde. Una ola de impotencia nos hizo intentar recoger algunos trozos más pero el sonido y la bocina del bus nos hizo desistir de la idea y comenzamos a descender a regañadientes pero felices de haber sido partícipes de tan buen hallazgo para nuestras colecciones.

Ya dentro del bus comenzamos a observar las piezas, al principio, nos parecieron cuarzos, pero tras evaluar su dureza y las demás características de visu correspondimos en etiquetarlas como calcita. En eso estábamos cuando el profesor anunció una nueva parada dentro del viaje. Una amplia explanada de cascajos nos devolvió las esperanzas de encontrar nuevas piezas, y para bien de nuestra afición, no estábamos equivocados ya que mientras nuestros compañeros nos observaban al estar cabeza abajo observando los pedruscos poco a poco comenzaron a aparecer pequeñas crisocolas que nos hicieron volver a quedarnos atrás del grupo y, al sentir de nuevo el motor, nos fuimos conformes con nuestras piezas.

Así, entre los valiosos apuntes de Geografía que viajaban en nuestras mochilas, también se fueron con nosotros estas geniales muestras minerales del Valle de Putaendo.